Hoy vamos a ver las distintas Fases del Duelo en las Rupturas de pareja, pues las rupturas sentimentales, posiblemente, sea una de las causas que más sufrimiento produce a las personas y además están muy presentes en nuestro día a día.
Lógicamente el grado de sufrimiento variará en función del motivo de la ruptura. Si se trata de una ruptura en la que ambas partes ven claro que el amor se ha acabado, será mucho más sencillo. ¿Pero qué ocurre cuándo se acaba una relación y todavía estamos enamorados de esa persona? Parece como si nos hubieran arrancado un pedacito de nosotros.
En cualquier caso, dejar una relación después de muchos años, aunque ya no estéis enamorados, no es sencillo. Existen muchos vínculos, apegos, el sentimiento de soledad…
En otro post te daré Las 5 claves para superar una ruptura de pareja, pero una de esas claves es tener muy presente que una ruptura es una pérdida y como tal, debes experimentar el duelo, con todas sus fases.
Esto es fundamental, porque un duelo que no se gestiona de manera correcta, a largo plazo puede acarrear serios problemas a nivel emocional.
Existen distintas clasificaciones en base a los autores, pero yo te voy a presentar una de las clasificaciones que considero más acertada.
Fases del duelo
Fase de la Negación: Es ese primer momento, los primeros días, en los que sentimos que en cualquier momento va a entrar por la puerta y nos va a dar un beso o nos va a llamar a la hora de siempre para ver qué tal llevamos el día. Aún no somos verdaderamente conscientes de que ya no está en nuestra vida.
Fase de la Ira: Se corresponde a esos ataques de rabia, odio, desprecio incluso, hacia ese ser que tanto daño nos ha hecho. Quitamos las florituras a la relación y vemos la cruda realidad o quizás incluso le quitemos en exceso los adornos. En cualquier caso, esta fase, sin llevarla al extremo, es decir, sin comenzar una batalla campal contra la persona que ha sido nuestra pareja, es necesaria, porque nos ayuda a poner los pies en la tierra. En cualquiera de las fases es importante contar con apoyos de personas de confianza, pero en esta es interesante. Lo que sentimos, se lo podemos manifestar por ejemplo a un amigo o amiga, mostrar nuestras emociones, el modo en que ahora verdaderamente vemos la relación y lo que hemos vivido, y este acompañante puede ayudarnos a mantener esa perspectiva realista.
Fase de la Negociación: En esta fase hay que tener mucho cuidado, porque de pronto, volvemos a poner todos los lacitos imaginarios a esa relación, volvemos a idealizarla, nos negamos a creer que realmente se haya acabado. Buscamos mil y una opciones para que todo vuelva a ser como antes. Comenzamos a buscar las causas de por qué se ha terminado. ¿Qué fue lo que no hice bien? Incluso nos podemos llegar a culpar a nosotros mismos ¿De qué modo hubiera podido evitar llegar a este punto? Y hasta podemos intentar una reconciliación, aunque eso implique perder tu dignidad por completo.
Una vez leí una frase de Walter Riso, que ya sabes que es un autor que me encanta, que decía algo así “En una ruptura, lo primero que hay que perder, es la esperanza”. Pues en esta fase del duelo, todavía esa esperanza se mantiene viva. Nos decimos cosa del tipo: “ahora que estamos lejos se dará cuenta de lo que me quiere y querrá volver, porque me echa de menos”. “seguro que haberle dejado le hará cambiar y seremos felices para siempre”.
Es increíble el modo en que tu mente te puede jugar malas pasadas en esta fase. Incluso puede llegar a hacerte ver que determinados movimientos de tu expareja son señales de que sigue pensando en ti. Por ejemplo el perfil o estados de WhatsApp que ponga, comentarios a algún amigo. Cualquier cosa nos servirá para aferrarnos a esa esperanza.
Fase de la Depresión: En esta fase del duelo la esperanza por fin ha desaparecido de escena, pero el dolor por la pérdida es tan intenso, que nos sumergimos en una pena profunda, en una vida sin sentido, lágrimas, tristeza, no tenemos ganas ni de levantarnos de la cama. Es como si todo hubiera perdido su color, su sabor, ahora que él o ella no están y además sabemos que no va a volver. Esta fase es muy delicada, porque si no se gestiona de manera correcta, puede generar una cronificación del duelo y en este caso, sería imprescindible recibir ayuda psicológica especializada.
Es más, siempre lo recomiendo, si ves que tú solo no puedes, pide ayuda, hay personas especializadas que podrán ayudarte.
Fase de la Aceptación: Es el momento en que aceptamos que lo ocurrido, la ruptura, es exactamente lo de que debía ocurrir y comenzamos a mirar hacia adelante y a iniciar una nueva vida. En esta fase también recogemos los aprendizajes adquiridos y entendemos que tanto la relación que hemos vivido, como el propio proceso de ruptura y de duelo han hecho de nosotros una mejor versión.
Todas las fases del duelo son importantes. Llorar, enfadarnos, plantearnos si hubiéramos podido hacer las cosas de otra manera, sacar los aprendizajes de la experiencia y seguir adelante.
Estas son las fases del duelo, pero es cierto que a lo largo de todo el proceso vamos dando saltos de una fase del duelo a otra. Por la mañana podemos estar inmersos en la pena de la depresión. Por la tarde en una ira incontrolada. Y por la noche volviendo a creer que era la mejor relación del mundo y empeñados de nuevo en la reconquista.
Lo más importante es ser consciente de que estás en esa fase y que la dejes pasar, siente y deja ir.
¿Cuánto tiempo dura el Duelo?
Todo el mundo quiere saber ¿y cuánto tiempo dura el duelo y sus fases? Hay autores que dan un plazo determinado para cada fase, pero siempre indicando que son tiempos flexibles. Pero la conclusión es: Primero, el tiempo que necesites y después, el tiempo que quieras.
El tiempo que necesites, porque como ya te he dicho antes, si estás viviendo esta experiencia, es porque vas a adquirir un aprendizaje de ella. La resiliencia, la aceptación, el perdón, la compasión, no sé cuál será exactamente tu aprendizaje, pero no tengo ninguna duda de que hay un aprendizaje.
Y en segundo lugar, el tiempo que quieras. Porque estar inmerso en un duelo no implica necesariamente tener que sufrir durante años la pérdida, eso ya es una elección propia. Es más, las personas que eligen mantenerse en el sufrimiento, no serán capaces de realizar ese aprendizaje del que hablaba hace un momento.
Así que es importante pasar el duelo, sí, es importante sentir las distintas emociones que se manifiestan a lo largo del proceso, sí, pero, mantenerte eternamente en ese duelo y en el sufrimiento es elección tuya.
Mi recomendación: ponte tú el plazo, no para olvidar a esa persona, pero sí para dejar de llorar desconsoladamente, teniendo una vida incapacitante.
Y aunque, como ya te he comentado, en otro post hablaré de las 5 claves para sobrevivir a una relación de pareja, hoy te voy a adelantar otra clave más: Rodéate de personas de confianza que te den su apoyo incondicional.
Estas personas van a ser vitales en cualquiera de las fases. Cuándo creas que nada es real, te recordarán que sí ha pasado, pero que ellas están ahí para apoyarte. Cuando estés lleno de rabia e ira, escucharán tus gritos y berridos e incluso te acompañarán y gritaréis juntos o juntas. Cuando estés deseando recuperar esa relación, te pondrán los pies en la tierra e incluso te dirá: “sea la hora que sea, si piensas en llamarle, llámame a mí en vez de a él, hasta que se te quiten las ganas”. Te consolarán cuando llores y te animará a que salgas de la cama y te duches cuando no tengas fuerzas. Y por supuesto, cuando por fin inicies tu nueva vida, disfrutarás de los instantes, vivirás por fin y esa persona que te ha acompañado en el proceso lo disfrutará contigo.
Así que, si te encuentras en este instante en un proceso de duelo, busca el aprendizaje, apóyate en tus seres queridos y confía, porque te aseguro que de esta situación vas a salir siendo una versión mejorada de ti.
El Secreto de Zoe