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La palabra Mindfulness significa “Atención Plena” y es una técnica para conectarnos con el presente, sin juicios, es decir, con aceptación de lo que suceda en cada momento.
Hay quien cree que la Atención Plena consiste en dejar la mente en blanco y poco más. Nos sentamos, no pensamos en nada y está hecho. Pero nada más lejos de la realidad, el Mindfulness es una forma de ser conscientes de lo que pasa por nuestra mente y reconocer las emociones que se producen en nosotros con cada pensamiento, justo en el momento en que están ocurriendo. Después los dejamos ir y volvemos a enfocarnos en aquello en lo que queramos estar presentes: la respiración, el paisaje, nuestros pasos al caminar… .
No es solo una forma de meditar, por supuesto que la meditación convencional, es una práctica importante del Mindfulness, pero va más allá, se trata de llevar la Atención Plena a nuestro día a día.
Beneficios de la práctica del Mindfulness
La OMS define la Salud como «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
Partiendo de esta definición, vamos a ver en qué medida el Mindfulness puede ayudarnos a tener una vida más sana tanto a nivel mental, físico, como social. Sin olvidar que la Atención Plena no es una terapia en sí, sino una ayuda, un apoyo, para mejorar algunos aspectos de nuestra vida.
- Beneficios a nivel Mental:
Vivimos en una sociedad en la que vamos más deprisa de lo que nuestro propio cuerpo está preparado para soportar, con más tareas y quebraderos de cabeza de los que nuestra mente puede tolerar. La dinámica del día a día nos dice que no podemos parar, es más, si lo hacemos nos sentimos extraños, vacíos e incluso culpables. Caminamos como zombis, de manera automatizada, sin ver, sin oler, sin sentir, perdiéndonos los segundos, los minutos, las horas de nuestro día a día, perdiéndonos nuestra vida.
La práctica del Mindfulness, que te lleva a estar presente y consciente en aquello que estés haciendo en un momento determinado, te ayuda a desconectar ese “piloto automático” y a conectar contigo. Esto significa mucho más que estar en estados de relajación, que por supuesto es de ayuda, pero no lo es todo en la práctica de la Atención Plena. Puedes ver más detalles en el podcast ¿Qué es el Mindfulness?
Si nos centramos en el ámbito de la mente, el Mindfulness aporta innumerables beneficios, entre los que podemos encontrar:
- Alivio del Estrés y la Ansiedad
- Aumento de la Concentración
- Aumento de la Energía Mental
- Ayuda a conciliar el sueño y mejora la calidad del Descanso
- Desarrollo de La Inteligencia Emocional
Y tiene sentido, si somos capaces de parar nuestra mente, aunque sea unos minutos a lo largo de nuestro día y centrarnos en lo verdaderamente importante, apagaremos ese ruido incesante que nos hace estar en el pasado, sufriendo por lo que hemos vivido, o en el futuro, adelantando acontecimientos que todavía no han tenido lugar.
De ese modo, liberaremos a nuestra mente de una gran cantidad de estrés y ansiedad, seremos capaces de concentrarnos mucho más en lo que estemos haciendo en ese instante, nuestra mente no perderá tiempo en aquello que no es imprescindible y por tanto sentirá un aumento de energía. Si no nos dejamos arrastrar por los problemas y los pensamientos repetitivos, conciliaremos mucho mejor el sueño y al estar más relajados, nuestro descanso será mucho más reparador. Y por supuesto, al prestarnos atención a nosotros mismos, a nuestros pensamientos y nuestras emociones, nuestra Inteligencia Emocional se verá favorecida.
- Beneficios a nivel Físico:
Existen suficientes evidencias hoy en día, como para poder afirmar que si nuestro estado psicológico no es el adecuado, nuestro cuerpo puede verse afectado negativamente, llegando incluso a padecer enfermedades que nos limiten en nuestra vida. Del mismo modo, muchas de estas afecciones pueden verse mejoradas en incluso solucionadas con la práctica continuada del Mindfulness:
- Dolores de cabeza
- Molestias musculares
- Problemas gástricos
- Tics nerviosos
Y un dato muy importante a tener en cuenta sobre el Mindfulness, es que Estimula el Sistema Inmunológico, ya que ayuda a reducir los niveles de cortisol.
En un estudio llevado a cabo por el Dr. Joe Dispenza y su equipo, se propuso a 117 personas, que durante 4 días, 10 minutos cada día, sustituyeran, de manera consciente, emociones propias de situaciones de estrés, como la ira, la frustración, el dio, la competencia… Por emociones más elevadas, como la gratitud, el aprecio, la alegría por la vida y por supuesto el Amor, que es sin duda la emoción más elevada. Es decir, que practicaran la Atención Plena, centrándose en esas emociones.
Los resultados que obtuvieron fueron significativos, en una valoración global los niveles de IgA, (Inmunoglobulina A), que es uno de los principales anticuerpos del organismo, proteínas que fabrica el sistema inmunitario para combatir los ataques de bacterias, virus y toxinas, se incrementaron en un 50% y los niveles de cortisol se redujeron en un 16,25%. Es decir, el sistema inmunológico se vio fortalecido y la hormona del estrés disminuyó.
Por tanto, este estudio, como muchos otros que hay al respecto, demostró que cuando cambiamos nuestros pensamientos y nuestras emociones, mejora nuestro sistema inmunológico y por consiguiente nuestra salud.
- Beneficios a nivel Social:
¿Cuánto te apetece relacionarte con otras personas cuando tu estado anímico o psicológico no está bien? ¿Y cuando tienes alguna afección física? O si llegas a relacionarte con esas personas, ¿cómo son esas interacciones?
Lógicamente, nuestras relaciones sociales se van a ver afectadas, si otros aspectos de nuestra vida no están bien, pero si vamos un pasito más allá, podemos ver que si entendemos el Mindfulness como una filosofía de vida en la que predominan principios como la ausencia de juicios, la aceptación, la actitud amable hacia uno mismo y hacia los demás, la paciencia y la confianza, entre otros. Todos estos principios favorecerán las relaciones con nuestro entorno, teniendo vínculos más sanos y equilibrados.
Imagina una vida en la que fueras capaz de entender y aceptar el comportamiento de otras personas, sin juicios, con la confianza de que todo es como debe ser. No me refiero a resignarte y poner la otra mejilla una y otra vez, no, aceptación y resignación son cosas muy diferentes. Puedes aceptar, por ejemplo, que una persona es como es y no va a cambiar y sin embargo, marcarle límites con firmeza o incluso sacarle de tu vida si es preciso, pero sin resentimiento, ni odio, aceptando que cada persona tiene su proceso y la capacidad de elegir como vivir su vida.
Llegar a este nivel de comprensión de las relaciones humanas, no es una tarea sencilla, pero sin duda sería maravilloso que todo el mundo pudiera tener una perspectiva así, el Mundo sería muy distinto.
Si te apetece, puedes comenzar el camino, solo tienes que prestar atención,
«Atención Plena»